Círculo vicioso

Debido a las insistentes reclamaciones de parte de mis lectores voy a escribir este "post" en castellano. El inglés todavía tendrá que esperar. En principio mi plan era el de hacer una publicación semanal pero es que el ardor por escribir lo que voy a escribir me supera.
Y si me decido por este idioma es para hablar de la grandísima selección española de fútbol. Me propuse no hablar de fútbol en este blog pero no he podido aguantar. Además el problema que padece la selección sobrepasa lo meramente deportivo y entra en el terreno de lo filosófico o de lo psicológico si se prefiere; así que la falta queda parcialmente aliviada.
Otro "éxito" más, el conquistado el miércoles en el Calderón. España depende de sí misma para superar a la todopoderosa Bosnia-Herzegovina y conquistar así la segunda plaza del grupo que le permitirá jugar una honrosa repesca para poder estar en el Mundial de Alemania del próximo año (así lo diría antena 3, La Razón, El Mundo,...). Y eso, a pesar de que en el Manzanares (re)nació un tal Raúl González Blanco y Xavi demostró que es uno de los mejores medio-centro organizador en el mundo. Lo de Raúl duró 45 minutos, porque en el descanso se quedó en la ducha ,¿no?. Tampoco podemos exigir que juegue bien los 90 minutos; si fuese así se llamaría Raulinho da Souza.
No merece la pena meterse con el poco saber hacer de Juaquín, la enésima cantada por alto de Casillas o la tontería que Torres lleva encima(por cierto, dicen que "El Niño" estaba pensando en el casting que tenía el día siguiente para la segunda parte de "Quiero ser como Beckam"). Lo de España va mucho más allá. Cuando un jugador se mete la camiseta roja se convierte en un segundón. Y segundón morirá. Es un círculo vicioso. Jugar con España implica tener el papel de segundón que a la vez implica jugar mal cosa que implica perder, lo cual incrementa el papel de segundón para el siguiente partido y sigue y sigue...¿Hasta cuándo? Hasta que salga un Maradona, un Pelé o un Zidane. Hasta entonces, no nos sigamos engañando.
Pero no seamos "negatifos". Hubo un punto "positifo". Y fue el protagonizado por un cambio. Se fue uno de los peores hombres que hay en España en su puesto, uno de esos hombres capaces de estropear hasta los mejores partidos, uno de esos hombres con un pasado glorioso (más o menos) pero que últimamente se estaba arrastrando por los campos de fútbol haciendo algo para lo que él no ha nacido (como cantar para Bustamante o pensar para Bush). Muchos ya habréis adivinado de quien se trata. Estoy hablando de Michel. Lo sustituyó Clemente, ni más ni menos. Mirándolo desde este punto de vista, Clemente se parece a Zapatero. Los dos tienen el listón muy bajo para superar a sus antecesores. È cosi.